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Los cortes de carne más populares del asado argentino

¿Qué cortes de carne son típicos del asado argentino?

La barbacoa argentina es, además, una técnica de cocina, un ritual social y un símbolo cultural. Aunque parece sencilla, hay una cuidadosa selección de cortes particulares, maneras de cortar y secuencias de cocción que dependen de la zona, las costumbres familiares y la disponibilidad de la carne. A continuación, se explican detalladamente los cortes más distintivos, su localización anatómica, características de sabor y mejores métodos de cocción, además de variaciones regionales, acompañamientos tradicionales y guías para presentar una barbacoa equilibrada.

Cortes bovinos emblemáticos

Asado de tira – Descripción: Costillas cortadas en tiras de 2 a 4 cm de grosor (similares a los «short ribs» en corte cross-cut). Es un elemento esencial en el asado argentino. – Características: Alto contenido de colágeno y tejido conectivo; sabor intenso y textura gelatinosa si se cocina con lentitud. – Técnica: Cocinar a fuego medio-bajo durante un largo período para suavizar las fibras y derretir grasa. Perfecto para un inicio prolongado del asado y para mantener la parrilla caliente sin quemar cortes más magros.

Vacío – Descripción: Corte plano y alargado ubicado en la parte lateral del animal, entre las costillas y la cadera. – Características: Fibra suelta, buena infiltración de grasa superficial, sabor intenso. – Técnica: Se cocina a fuego moderado hasta obtener el punto deseado; admite un sellado inicial fuerte para dorarlo y luego calor indirecto para terminar.

Entraña – Descripción: Parte del diafragma, de forma delgada y alargada; hay entraña fina y gruesa según la sección. – Características: Sabor intensa, con fibras prominentes; se cocina rápidamente. – Técnica: Asada a la parrilla a alta temperatura por poco tiempo, sellándola completamente y previniendo que se seque; se sirve cortada en dirección opuesta a las fibras.

Bife de chorizo – Descripción: Corte del lomo corto o contrafilé (striploin), con un borde de grasa característico. – Características: Carne tierna con un equilibrio entre jugosidad y textura. – Técnica: Sellado a fuego fuerte y termineo a temperatura media; típico en parrillas porteñas y asados formales.

Ojo de bife – Descripción: Corte del costillar central (ribeye) con marmoleo pronunciado y un «ojo» de grasa. – Características: Muy jugoso y tierno, uno de los favoritos por su grasa intramuscular. – Técnica: Cocción relativamente rápida a fuego fuerte para conservar jugos.

Matambre – Descripción: Capa delgada entre la piel y las costillas, ancho y delgado; también se utiliza para enrollados (matambre a la pizza, matambre arrollado). – Características: Fibroso pero sabroso; admite rellenos y cocciones mixtas. – Técnica: Asado directo o al horno; en rollos se prepara previamente para mantener jugosidad.

Cuadril y colita de cuadril – Descripción: Área de la parte trasera; el cuadril (rumpa) y la colita de cuadril (conocida como picanha en distintas regiones) son cortes magros con un nervio en la superficie. – Características: Presentan un color claro en sangre y sabor; textura consistente. – Técnica: Rápido sellado y corte en rebanadas delgadas; la colita de cuadril es apreciada por su capa externa de grasa que añade sabor.

Viseras y trozos “picados”: potenciadores del asado

Mollejas – Descripción: Glándulas (generalmente timo o páncreas) valoradas de acuerdo a la edad del animal. – Características: Sabor suave y textura blanda; se comen en pequeñas cantidades. – Técnica: Cocción rápida y a alta temperatura; se presentan en el intermedio del asado para saborearlas calientes.

Chinchulines, riñones y tripas – Descripción: Vísceras que forman parte de la tradición popular: chinchulines (intestino delgado), mollejas (ya citadas), riñones, morcillas. – Características: Sabores intensos y texturas variables; suelen ser entradas o intermedios. – Técnica: Preparación cuidadosa (limpiezas y salado), cocción a temperaturas moderadas para evitar endurecimiento.

Morcilla y chorizo – Descripción: Embutidos que abren el fuego en muchos asados. – Características: La morcilla tiene notas especiadas; el chorizo aporta jugosidad. – Técnica: Cocción a fuego medio para que se calienten sin reventar; sirven para animar la parrilla mientras los cortes más grandes terminan.

Variedades de cortes y estilos locales

Cordero a la parrilla – Regiones: En la zona Patagónica y en el norte (Cuyo, Patagonia) resaltan por su cordero patagónico y cabrito. – Método: Se cocina al palo o a la parrilla, a fuego suave durante mucho tiempo; la piel y la grasa brindan protección y sabor.

Lechón y cerdo (bondiola, costillas) – Uso: En asados mixtos o festejos; la bondiola y las costillas de cerdo aportan diversidad de sabores. – Técnica: Cocciones más largas y controladas para asegurar ternura.

Orden y logística del asado: cómo se organizan los cortes

– Etapa inicial: embutidos como chorizo, morcilla y chinchulines para despertar el apetito y ajustar la intensidad del fuego. – Etapa media: cortes con hueso que requieren más tiempo en el fuego, como el asado de tira y matambre. – Etapa final: cortes que se cocinan y finalizan rápidamente, como la entraña, el bife de chorizo y el ojo de bife; además, las mollejas se preparan al final para servirlas bien calientes. – Sugerencias para salado: el método tradicional consiste en utilizar sal gruesa justo antes o durante la cocción; algunos expertos prefieren agregarla en seco pocos minutos antes de servir para prevenir la deshidratación.

Tiempos, temperaturas y texturas: pautas prácticas

– Título de fase: fuego y temperatura – Fuego lento y bajo (aprox. 120–160 °C): ideal para asado de tira y cordero al asador; favorece la ruptura del colágeno. – Fuego medio (160–200 °C): vacío y cortes medianamente gruesos. – Fuego fuerte (>200 °C): sellado de entraña, bife de chorizo, mollejas; breve para conservar jugosidad.

– Puntos de cocción (lenguaje argentino): jugoso, término medio, y bien cocido. Para mantener la tradición, muchos asadores prefieren punto jugoso o término medio en los cortes nobles. – Descanso: dejar reposar los cortes 5–10 minutos según grosor para redistribuir jugos.

(hay que considerar que los números son aproximados y varían según la parrilla, el combustible, las condiciones atmosféricas y la habilidad del asador).

Fases de popularidad y gustos: análisis y cálculos

– Tendencias vistas en parrillas citadinas: el asado de tira y el vacío son de los más populares, con la entraña y el bife de chorizo siguiéndoles; el ojo de bife es altamente solicitado en restaurantes de categoría superior. Estas preferencias cambian según la edad de los clientes (los más jóvenes tienden a preferir cortes con menos hueso y mayor marmoleo) y el costo. – Precio relativo: cortes con hueso y más trabajo (asado de tira, matambre) suelen ser más económicos por kilo comparado con cortes premium (ojo de bife, bife de chorizo), afectando la composición del asado familiar.

Acompañamientos y maridaje

– Aderezos: chimichurri (ajo, perejil, orégano, pimentón, vinagre y aceite) y salsa criolla (cebolla, pimiento, tomate, vinagre) son indispensables.
– Queso: provoleta (provolone a la parrilla) como primer plato.
– Acompañamientos: ensalada variada, papas cocidas o asadas, provoleta y pan.
– Vinos: el Malbec argentino es el clásico por excelencia; Bonarda y mezclas jóvenes de tintos van bien con cortes grasos. Para el cordero, vinos con más cuerpo o incluso cervezas artesanales pueden complementar.

Modelos aplicados: muestras de parrilla según el evento

– Asado familiar tradicional (8–12 personas): 2–3 kg de asado de tira, 2 kg de vacío, 1–1,5 kg de bife de chorizo o ojo de bife para invitados; embutidos para abrir; mollejas o entraña como intermedios. Planificación: encender fuego 1,5–2 horas antes y ordenar cocción según tiempos. – Parrillada mixta para encuentro social: porciones más variadas y pequeñas de costillas, entraña, chinchulines, mollejas, pollo y choripanes. Priorizar variedad y rotación sobre grandes piezas únicas. – Asado gourmet o comercial: protagonismo de cortes nobles (ojo de bife, bife de chorizo) con control estricto de temperaturas, reposos largos y presentación en fetas gruesas.

Observaciones sobre la calidad y rastreabilidad

– Origen: la Categoria y la alimentación del ganado influyen en sabor y marmoleo. En zonas como la Pampa húmeda, la carne de pastura tiene perfil distinto a la de corrales o invernada; muchos parrilleros valoran la carne de pasto por notas herbáceas y textura más firme. – Cortes locales vs. exportación: algunos cortes premium se destinan a mercados internacionales, lo que modifica la oferta doméstica; sin embargo, la tradición del asado mantiene la demanda de cortes clásicos dentro del país.

Fallas habituales y cómo prevenirlas

– Calor excesivo al comenzar con cortes gruesos: quema la parte exterior y endurece el interior. Solución: iniciar con fuego medio-bajo y reservar el borde más caliente solo para sellar. – Salar con anticipación: puede provocar pérdida de humedad; usar sal gruesa en el momento preciso. – Cortar sin dejar reposar: se pierde jugosidad; siempre permitir que repose antes de cortar.

El conjunto de cortes del asado argentino reúne tradición y evolución: piezas con hueso ideales para largas horas de cocinado, cortes magros y selectos para ocasiones especiales, y vísceras y embutidos que reflejan raíces populares. Entender la estructura del animal, las técnicas de cocción al fuego y la secuencia de servicio no solo potencia el sabor, sino que explica por qué el asado es tanto un arte funcional como un fenómeno cultural. Este entendimiento permite mejorar la planificación del tiempo, seleccionar los cortes adecuados según el evento y crear experiencias que honran la herencia gastronómica argentina mientras integran gustos modernos.

Por Otilia Adame Luevano

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