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¿Cómo organizar los gastos mensuales para evitar deudas?

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Tener un buen manejo en la planificación de los gastos mensuales es crucial para sostener la estabilidad financiera y prevenir que las deudas se transformen en un constante motivo de estrés. A veces, pequeñas distracciones o compras sin pensar pueden causar desbalances económicos complicados de superar. Entender y utilizar tácticas para gestionar las finanzas personales no solo ayuda a evitar contraer deudas, sino que también proporciona una mayor paz y mejora la calidad de vida.

Paso 1: examinar y documentar cada ingreso

El paso inicial es reconocer todos los ingresos tanto periódicos como esporádicos del hogar, ya sean sueldos, comisiones, emprendimientos propios, alquileres u otros elementos que aumenten el capital disponible mensualmente. Mantener un registro minucioso, de preferencia usando una libreta, hoja de cálculo o aplicación móvil, es útil para obtener una percepción realista de la solvencia económica. Un error frecuente es solo considerar el ingreso neto y olvidar los pagos variables u ocasionales que podrían mejorar la situación financiera, así como calcular incorrectamente los ingresos que no siempre se reciben puntualmente.

Paso 2: reconocer los costos constantes y fluctuantes

Separar los costos mensuales en gastos constantes y gastos fluctuantes es esencial. Los constantes son aquellos que ocurren cada mes sin cambios en su cantidad, como el alquiler, el préstamo hipotecario, el pago de colegios, servicios esenciales y suscripciones. Los fluctuantes comprenden comida, transporte, actividades recreativas y aquellos aspectos donde la cantidad puede variar o no presentarse cada mes. Identificarlos correctamente ayuda a encontrar posibilidades para hacer ajustes, dar prioridad a los pagos necesarios y minimizar errores al calcular el presupuesto mensual.

Por ejemplo, cuando se trata de un núcleo familiar de cuatro personas, los gastos constantes podrían llegar a representar hasta el 70% de los ingresos mensuales si no se lleva a cabo una correcta clasificación y regulación de los gastos opcionales.

Paso 3: crear y sostener un presupuesto acorde a la realidad

El presupuesto es el instrumento más eficaz para prevenir deudas. Implica contrastar los ingresos totales con los gastos previstos, destinando cantidades exactas a cada tipo de gasto. Se aconseja apartar al menos un 10% de los ingresos para el ahorro, anticipando posibles situaciones de emergencia o metas a corto y largo plazo, como adquirir un electrodoméstico, hacer un viaje o asegurar un fondo para la jubilación.

Al gestionar un presupuesto, es esencial modificarlo en función de las variaciones en las circunstancias; por ejemplo, si sube el costo de la electricidad o se obtiene un aumento en el salario, estas informaciones deben incorporarse para representar la nueva situación económica.

Pasaje 4: dar más importancia a las necesidades que a los deseos

Diferenciar entre necesidades y deseos es clave para evitar gastos superfluos. Las necesidades son aquellos elementos esenciales para el bienestar personal y el cumplimiento de responsabilidades, mientras que los deseos son preferencias, modas o caprichos que pueden aplazarse sin efectos negativos. Usar este enfoque facilita una mejor administración de los recursos. Por ejemplo, antes de comprar prendas de última tendencia o dispositivos electrónicos, es útil evaluar si estas compras están retrasando alguna obligación importante, como el pago de servicios básicos o la adquisición de alimentos.

Paso 5: planificación anticipada de pagos y manejo de deudas existentes

La anticipación es clave para evitar caer en intereses moratorios o comprometer el presupuesto por pagos tardíos. Establecer recordatorios de fechas de vencimiento, domiciliar servicios o utilizar herramientas electrónicas ayuda a cumplir puntualmente con las obligaciones. Si ya existen deudas, es recomendable analizarlas a detalle, identificando tasas de interés, plazos y condiciones contractuales. Priorizar el pago de los créditos más costosos o aquellos con riesgo de generar recargos puede impedir que la situación se vuelva inmanejable.

Un problema común es el abuso de las tarjetas de crédito. Si cada mes solo se abonan los pagos mínimos, la deuda aumenta por las altas tasas de interés. Realizar pagos mayores al mínimo o saldar el total mensual es mucho más efectivo.

Paso 6: haz automáticos tus ahorros e invierte con inteligencia

Una estrategia efectiva consiste en automatizar el ahorro. Establecer transferencias automáticas a cuentas de inversión o ahorro desde el momento en que se recibe el ingreso elimina la tentación de gastar ese dinero en otros rubros. Las opciones de inversión pueden variar desde cuentas bancarias tradicionales hasta fondos de inversión locales o instrumentos gubernamentales como CETES o UDIBONOS, dependiendo del perfil de riesgo y los objetivos financieros.

En el caso de México, el ahorro formal sigue siendo bajo (según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, menos del 35% de los adultos mantienen una cuenta de ahorro), por lo que incorporar el hábito de planificar y resguardar capital toma aún mayor importancia.

Paso 7: revisar y ajustar periódicamente el control financiero

Finalmente, resulta crucial evaluar mensualmente el progreso del presupuesto y los patrones de gasto. Esto facilita la detección de desviaciones, la corrección de fallos y la mejora de tácticas. Por ejemplo, revisar los gastos hormiga (esas compras pequeñas e individuales que parecen no tener impacto pero que, en conjunto, constituyen una parte significativa del presupuesto) ayuda a ajustar hábitos diarios y reforzar la disciplina financiera.

La gestión de los gastos mensuales requiere no solo de disciplina y perseverancia, sino también de autoconocimiento y flexibilidad. Al integrar herramientas útiles y adoptar hábitos financieros positivos, el manejo del dinero deja de ser un objetivo imposible y se transforma en un componente esencial de un estilo de vida que busca el bienestar y la estabilidad. Mediante la planificación, la priorización y la educación financiera personal, cada persona tiene la capacidad de evitar deudas y mejorar su situación económica presente y futura.

Por Otilia Adame Luevano

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